Bueno: sí es verdad que hago pocos platos de Brasil. Los sé hacer pero no me entusiasman excesivamente, aunque uno de ellos lo hago con cierta frecuencia y suele gustar mucho a la gente.
Originalmente es más fuerte/picante, pero yo lo he adaptado un poco para quedar un poco más universal. Como anécdota, ese plato ganó una de las ediciones del Concurso Gastronómico de nuestro departamento, de Bioquímica y Biología Molecular, Unidad Biociencias, de la Universidad Autónoma de Barcelona. Igual no es un gran certamen culinario pero me ha hecho ilusión porque a la gente le gustó de verdad.
Así que dejo la receta, para más o menos 4 personas (depende del hambre que tengan, si hay algun otro plato o entrante, etc). Advierto también que para esa receta se requieren algunos ingredientes especiales (aceite de dendê por ejemplo), que si vivís en Barcelona se pueden conseguir en el Colmado Latino que está en via Laietana, y seguro que se pueden encontrar en muchos sitios que venden productos étnicos, que siempre hay en todas las ciudades.
Ingredientes:
- 4 pechugas de pollo
- 1 bolsa de cacahuetes salados pelados
- 1 botellita de "aceite de dendê"
- 1 botellita de leche de coco
- Azucar o edulcorante a gusto
- ~25g de sémola de arroz + 1 cucharada colmada de harina
- 2-3 tomates sin piel y sin semillas y una cebolla, todos cortados muy pequeñitos (para sofrito)
¿Cómo se hace?
1. Cocer el pollo en agua con sal y "deshilacharlo". Es la parte más laboriosa y tarda un rato, porque hay que cocerlo, dejar enfriar un poco (sino queda muy dificil manipularlo si está muy caliente), y luego irle deshaciendo en pequeños hilos en el sentido de las fibras de la carne. Quedaran como pequeños fideos, muy finitos. (en la foto al final se verá)
2. Hacer el sofrito en una cacerola, añadir el pollo "deshilachado" y un poco del agua de cocción del pollo. Dejar integrar todo durante algunos minutos, y echar toda la botellita de aceite de dendê. Obs: este aceite, por sus características, puede solidificar dentro de la botellita en días muy frios. Si eso pasa, hará falta poner en un baño maria suave hasta que vuelva a su estado líquido.
3. Añadir la bolsa de cacahuetes. Yo prefiero ponerlos enteros, pero si creeis que son muy grandes, pasarlo por el robot para triturar, pero no trituréis mucho, que la gracia es notar el gusto y textura del cacahuete.
4. Dejaremos que todo se haga durante por lo menos unos 10-15 min a fuego suave, removiendo de vez en cuando. Sal a gusto, y yo ésta vez eché también un poco de pimentón dulce.
5. Mientras tanto, haremos la crema de coco que acompañará el plato de pollo. Creedme, aunque no parezca a primera vista una combinación muy lograda, el choque de gustos le da un toque muy interesante. En una olla pequeña, echamos toda la botellita de leche de coco, la sémola, la harina y el azúcar o edulcorante, mezclando muy bien con las varillas. En mi casa en principio no se hace casi nada con azúcar, así que usé unas 3 cucharadas soperas generosas de edulcorante en polvo. Cocer a fuego suave hasta que espese, será en seguida, cuando esté espeso lo sacáis del fuego.
Se sirven por separado para que cada uno sirva como le guste más, pero la gracia y el espíritu del plato es comerlo junto, notar el contraste entre el gusto del cacahuete salado y la salsa ligeramente dulce y aterciopelada de coco.
Resultará algo de éste estilo:
Se vuelve un plato muy facil para una fiesta, porque no hay que cortar nada complicado y se puede preparar con antelación. Lo único que lo puede complicar es conseguir los ingredientes que son "especiales" de tiendas concretas. Por lo demás la verdad es muy facil. Ya me contaréis si os animáis!
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